«Nunca antes los niños han estado tantas horas separados de sus padres»

«Los niños realmente necesitan no es una avalancha de regalos, sino la presencia y atención de sus padres»

Carlos González, pediatra y autor conocido por sus enfoques humanistas en la crianza, ha lanzado un nuevo episodio del podcast ‘Criando sin miedo’, donde aborda los retos y contradicciones en la crianza contemporánea

A story before bedtime

En un estilo cercano y reflexivo, el pediatra comparte sus experiencias personales y analiza el impacto del consumo excesivo, la falta de tiempo con los hijos y la presión de las normas sociales y legales.

El doctor critica el fenómeno actual de las celebraciones familiares, especialmente las de los Reyes Magos y Papá Noel, que se han convertido en un desfile de regalos desmedido. «Ahora resulta que los reyes pasan por casa, por casa de los abuelos, por casa de los otros abuelos, y a veces por casa de los tíos y de sabe Dios quién más», comenta, subrayando cómo esta dinámica puede saturar a los niños y restar valor a los objetos recibidos.

El pediatra resalta que «un profesor de psiquiatría lo explicaba así: antes los niños deseaban una pelota y no tenían ninguna. Hoy tienen diez, pero no consiguen desear ninguna». Carlos González insta a las familias a reflexionar sobre el valor de la moderación y la importancia de fomentar la creatividad y el deseo natural en los pequeños, en lugar de ahogarlos con bienes materiales.

Carlos González insiste en que lo que los niños realmente necesitan no es una avalancha de regalos, sino la presencia y atención de sus padres. Recuerda que, en su infancia, los horarios escolares eran mucho más flexibles y permitían a los padres pasar más tiempo con sus hijos. «Nunca antes los niños en España habían estado tan separados de sus padres tantas horas al día desde tan pequeños», lamenta.

A su vez, el especialista desmonta el mito del «tiempo de calidad», argumentando que no es suficiente para compensar las largas ausencias. «Si realmente eres consciente de que estás pasando poco tiempo con tus hijos, pues intenta que de verdad sea un tiempo bien empleado», aconseja, sugiriendo actividades como escuchar a los niños, contar cuentos o simplemente dedicarles atención plena.

En el episodio de ‘Criando sin miedo’, el pediatra también aborda las diferencias entre España y otros países europeos en cuanto a permisos parentales. Relata la experiencia de una doctora española en Suecia, donde los permisos de maternidad se consideran un derecho del niño. «Aquí en Suecia consideramos que el permiso de maternidad no es un derecho de la madre, es un derecho del niño», cita, comparándolo con las políticas limitadas de España.

Aunque reconoce que son necesarios cambios legislativos, el especialista también insta a los padres a tomar decisiones personales valientes para priorizar el bienestar de sus hijos, incluso si eso implica sacrificios económicos.

El pediatra reflexiona sobre el impacto ecológico y emocional del consumo excesivo. Critica la compra de juguetes baratos y masivos que terminan rápidamente en vertederos, y compara el valor efímero de los bienes materiales con la riqueza duradera de las experiencias compartidas. Carlos González concluye su reflexión con un mensaje claro: «Tu hijo no te está pidiendo ni juguetes, ni diversiones, ni dulces, ni caramelos. Tu hijo te está pidiendo tu presencia, tu atención y tu tiempo».

FUENTE: https://www.diariovasco.com/sociedad/pediatra-carlos-gonzalez-alerta-nunca-ninos-estado-separados-padres-20250115123447-nt.html

Condenados a entendernos

Creernos los más listos de la clase, dar rienda suelta a la soberbia humana, pensar que podemos coger cualquier cosa sin permiso, usarlo sin agradecerlo, sin tener que cuidar nada ni a nadie, nos está acercando cada vez más al desastre. El que no cuida, no quiere y, sin duda, no lo merece.

Párrafo inspirado en el libro Condenados a entendernos de Arun Mansukhani

La mitad de tus amigos no te quiere

Según un estudio reciente, la mitad de la gente que consideramos nuestros amigos no nos considera amistad suya. Repito, para aquellos lectores horrorizados que no lo puedan creer: a la mitad de las personas que nos caen bien, no le caemos bien. Esta noticia es particularmente alarmante para los que tenemos pocas amistades. En cuanto leí el estudio calculé, en una compleja y desalentadora operación matemática, que, de mis tres únicos amigos, uno me quiere, otro no, y el tercero está dividido: o sea, me quiere a medias, o a veces le caigo bien, y otras no.

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