Cómo hacer justo lo contrario, nos puede ayudar en algunos casos.
Crear un club de niños tranquilos
Una de las demandas que mas recibo en consulta es de las familias que buscan, (en muchos casos desesperadamente) que sus hijas e hijas sean emocionalmente más estables. Que esas “batallas internas” que algunos menores tienen sean vencidas por procesos y habilidades que les trasmitan calma, serenidad y reflexión. Pero en la sociedad en la que nos movemos, en el día a día, parece que se potencia todo lo contrario. Quizás llevados, sin darnos cuenta, por algún proceso cultural o social que no ”vemos”, oímos cientos de veces, expresiones como: “la vida es dura”, “el mundo es de los valientes”, “hay que espabilar”, “ese niño es una nenaza”, “si no se da cuenta, aprovéchate”, “mira que espabilado que se ha colado en la atracción”, “no respeta las normas, pero es cosas de niños” y un largo etc. Parece que apoyan la idea de generar niños rápidos, energéticos, egoístas, poco empáticos…quizás como digo, llevados por procesos culturales, hacia un espíritu excesivamente competitivo.
CUANDO ME AMÉ DE VERDAD. ( Por Charles Chaplin)
CUANDO ME AMÉ DE VERDAD
Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene un nombre…”AUTOESTIMA”
Perfección= insatisfacción
Pensaba hoy en la búsqueda de la perfección y la autoexigencia, y en cómo esas actitudes esconden, tras una apariencia de eficacia y calidad, una permanente insatisfacción derivada de la falta de aceptación de uno mismo.
¿Ser inteligente implica ser positivo?
No soy académico aunque me gusta la ciencia. Mi acceso al conocimiento es una extraña mezcla de experiencia, reflexión y lecturas. Me he dedicado a la psicoterapia y, por ello, a todo lo que puede sernos útil para cambiar. Desde ahí planteo una pregunta trampa puesto que confieso que mi respuesta es que sí, que la inteligencia necesariamente nos encamina hacia la positividad.