Lo bueno de la inteligencia emocional es que se puede aprender y adquirir, por lo que, si no somos felices, podemos propiciar el cambio hacia mejor con nuestros propios medios
La inteligencia emocional es la mejor estrategia para mejorar nuestra calidad de vida. Puesto que todos pasamos por momentos de gran complejidad personal, nada mejor que alzarnos como hábiles gestores en el mundo de las emociones.
Tal y como suele decirse, las emociones pueden llegar a ser nuestra mejor fortaleza o, por el contrario, nuestra mayor debilidad. Todo depende de cómo las usemos en nuestras realidades particulares.
Algo que debemos tener muy en cuenta es que dimensiones psicológicas como la tristeza, el miedo o la rabia no son tan negativas como pensamos.
Son, al fin y al cabo, “toques de atención” que nos avisan de que hay algo que va mal. Son esa luz de alerta ante la cual hay que saber reaccionar, gestionar y transformar sin permitir que nos dominen por completo.
Hoy en nuestro espacio queremos darte adecuadas pautas y estrategias para que te vistas con esa armadura dorada y eficaz con la que enfrentar esos momentos de oscuridad personal.